Esta modalidad permite al cliente invertir un capital inicial y a cambio la entidad aseguradora se compromete a abonar una renta mensual garantizada durante el resto de su vida. Existen dos modalidades para este producto:

1. Poner todo el capital previamente, y que sean los herederos quienes lo cobren en el momento del fallecimiento. En este caso el asegurado recibirá una renta mensual con cargo a esa inversión.
2. Utilizar el capital de forma paulatina, de esta forma los herederos cobrarán menos.

Las rentas vitalicias no tienen por objetivo preservar un capital para la herencia sino tan solo la generación de unas rentas.

Los seguro de capitales diferidos están diseñados para que las empresas ofrezcan a sus empleados un paquete retributivo diferido, asociado a su jubilación o supervivencia a una fecha determinada.

A través de este tipo de pólizas se puede pactar un tipo de interés técnico vinculado a inversiones, o bien realizar la operación mediante un contrato a un tipo mínimo de interés técnico básico con una participación anual de los beneficios que se generen de la gestión de inversiones.

Los Unit-Linked son el tercer producto más importante dentro del ámbito de los seguros de vida-ahorro (más de 13.000 millones de euros), y el que tiene un mayor componente financiero. Se trata de una póliza que invierte en fondos de inversión, y donde el tomador del seguro asume todo el riesgo de la inversión. Con las caídas trepidantes de las rentabilidades en la renta fija, las aseguradoras cada vez tienen más difícil ofrecer rendimientos atractivos en las rentas vitalicias, así que están optando por aumentar las ventas de los seguros con riesgo tomador (conocidos en el argot como unit-linked).

Los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) son híbridos entre planes de pensiones y un seguro de vida-ahorro. Son instrumentos de ahorro a largo plazo que permite constituir una renta vitalicia asegurada y tiene como finalidad el ir pagando primas para acumular un capital a lo largo del tiempo (cumplimentando a la pensión pública). La principal diferencia entre los PP y los PPA es que no es necesario esperar hasta la jubilación para poder optar a percibir la renta acumulada.

Fiscalmente también existen diferencias ya que las primas pagadas no reducen la base imponible del IRPF, por este motivo no tienen beneficios fiscales durante la etapa de ahorro. En cambio, cuando se cobra la prestación como renta vitalicia, los rendimientos generados están exentos de impuestos, siempre que se cumplan los siguientes requisitos: que el cobro de la renta empiece como mínimo cinco años más tarde –a contar desde el pago de la primera prima–; que el tomador del seguro, asegurado y beneficiario sean la misma persona y que las primas pagadas no superen los siguientes límites: 8.000 euros anuales y hasta un total acumulado de 240.000 euros.

Tanto los PPA como los PIAS son seguros de ahorro a largo plazo que aseguran a la persona que los contrata una rentabilidad, junto con diferentes ventajas fiscales. En el caso de los PPA, permiten al asegurador reducir la base imponible del IRPF. A cambio el capital acumulado solo podrá rescatarse en el momento de la jubilación (o en situaciones de enfermedad grave, desempleo...).